La Formación Profesional en España

Después de una época en la que parecía que uno no lograba los objetivos educacionales para un desarrollo laboral si no era teniendo una carrera universitaria, parece que han llegado vientos de cambio. En España, casi un tercio de los jóvenes abandonan el sistema escolar sin ningún diploma o calificación más allá de los estudios básicos. La tasa de deserción durante el segundo ciclo de educación secundaria es la más alta de Europa. Este es un problema añadido justamente a la corriente contraria: al fallar cualquier alternativa laboral viable al dejar los estudios, los jóvenes se sienten cada vez más atraídos por los estudios generales más largos, como lo demuestra el aumento en el número de títulos universitarios, aunque son muchos los que ni siquiera terminan dedicándose a profesiones relacionadas con ellos.

Con el fin de mejorar las perspectivas de empleo para los jóvenes y los trabajadores no cualificados, se ha intentado mejorar la calidad y el atractivo de la formación profesional estableciendo nuevas cualificaciones y validando la experiencia adquirida en el trabajo: ofrecer más programas de capacitación, aumentar la asistencia financiera y dar prioridad a los servicios de información y orientación profesional. Además, modernizar la educación y la formación profesional (FP) y hacerla más flexible como apoyo al aprendizaje permanente y la empleabilidad son el núcleo de las políticas de educación y empleo españolas. La FP desempeña un papel importante en la mejora de la fuerza laboral y en ayudar a los jóvenes a adquirir calificaciones que respondan a las necesidades del mercado laboral.

La formación profesional es modular, e incluye un módulo de formación en el lugar de trabajo ( módulo de formación en centros de trabajo), pero este módulo solo se puede tomar una vez que se hayan obtenido todos los demás módulos seguidos en la escuela. La colocación laboral ocurre en la etapa final del curso. Los ciclos de capacitación de nivel superior también incluyen un módulo dedicado a un proyecto profesional ( módulo profesional de proyecto).

Los programas de estudio y trabajo son pocos y distantes . Se ofrecen como prioridad a los jóvenes de entre 16 y 21 años que abandonaron la educación obligatoria y no tienen diploma ni calificación; se lleva a cabo en el marco de un Contrato para la Formación y tiene una duración de entre 6 meses y 2 años. El principio dual se ha implementado a nivel nacional para aumentar el atractivo de la FP y apoyar a los jóvenes en transición al mercado laboral. Los participantes en programas de formación dual (de 16 a 25 años o hasta 30 hasta que disminuya el desempleo juvenil) pueden firmar un contrato de aprendizaje (de uno a tres años) y obtener al menos el salario mínimo. La reforma también abre la oportunidad de adquirir calificaciones IVET a través de esquemas de doble vía (con o sin contrato laboral). En tales casos, la duración es de hasta tres años.